lunes, 13 de junio de 2016

Un niño de 12 años diseña un juego inspirado en su mascota


Cuando Carlos Alanez, de 12 años, comenzó a cursar clases de programación para niños, imaginó que su mascota sería un buen personaje para su debut en el área de los juegos digitales. En Mean Streets, un videojuego desarrollado con la plataforma Scratch, aquella idea se hizo realidad.

El objetivo de este juego es que un gato vaya tras un ratón con el fin de comérselo; en medio de su travesía, el felino debe atravesar por dos vías donde el tráfico no cesa. "El objetivo del juego es cruzar la calle sin ser arrollado por los autos”, explica el desarrollador.

En la actualidad, Carlos pasa clases de programación en la academia Elemental. En este centro de formación se brindan talleres especializados a niños, adolescentes y adultos para que éstos aprendan a programar y a crear sus propios videojuegos.

El cariño a los felinos

En el caso de Carlos, su cariño por los felinos lo llevó a desarrollar este singular proyecto. "Use gatos porque me gustan mucho los gatos, tengo uno en casa” comenta. Toto, el nombre de su mascota, fue su punto de inspiración. Su instructor dice que Carlos es muy creativo y que "ama mucho a su gato”.

En la trama de Mean Streets, dos gatos (ya que es un juego multijugador) deben cruzar dos calles paralelas para comerse a un ratón. Para lograr su cometido, deben esquivar los vehículos que pasan con cierta frecuencia por las vías. Si logran alcanzar la parte alta de la pantalla, el ratón será su banquete; de lo contrario, si es que uno de los autos pisa a cualquiera de los gatos, se escucha un maullido y los ratones se ríen de su desventura.

Para PC y laptops

Este juego está desarrollado para computadoras de escritorio y laptops, dado que requiere el teclado para mover a los personajes. Es posible jugarlo en línea (a través del siguiente enlace scratch.mit.edu/projects/107911958/).

La fundadora y directora de Elemental, Daniella García, comenta que Carlos es "muy disciplinado y puntual”.

Sobre el taller en el cual este niño desarrolló su primer videojuego, asegura que el curso está compuesto por ocho sesiones: cinco de introducción y enseñanza de conceptos, y tres para encarar los proyectos finales.

El instructor de estos talleres, Arnold Guzmán, afirma que a los asistentes se les dota de todos los conocimientos
necesarios para que comprendan cómo se programan juegos para computadoras, para que en un futuro logren crear sus propios proyectos a base de las herramientas y los conceptos aprendidos.

"Este juego se ha realizado en una plataforma llamada Scratch y está diseñada exclusivamente para enseñar a los niños cómo programar. Esta plataforma permite programar utilizando bloques lógicos; les enseñamos cómo mover cosas, cómo girarlas; les enseñamos también cómo cambiar el color, el tamaño, cosas más técnicas que ellos van aprendiendo y van combinando”, sostiene Guzmán.
Un estudiante con potencial

Sobre Carlos, el instructor afirma que es un estudiante "bien centrado” y que es consciente de su potencial. "Sabe hasta dónde quiere llegar. Tiene ganas de aprender más cosas”, asegura. Explica que él, junto a otros niños, está en el módulo dos, que se brinda en esta academia de programación para niños.

"Les enseñamos bucles, variables, paralelismos, cambiar los disfraces o frames, cada cuánto tiempo tiene que pasar algo. Todas esas cosas hacen que tengamos un producto final”, agrega Guzmán.

Por su parte, el padre del programador, Carlos Alanez, cree que este tipo de actividades favorecen al desarrollo personal de su hijo. "Es una forma de que se diviertan con cosas que les gusta... con este tipo de talleres los niños se divierten y distraen”, sostiene Alanez.

Punto de vista
Ruth García
Desarrolladora

"Es evidente que es brillante”

¡Me encantó Mean Streets! Es evidente que Carlos es un niño brillante. El desarrollo de videojuegos es un área en la que explotas al máximo todas tus habilidades no sólo intelectuales, sino también creativas.

Me parece genial que los niños desarrollen videojuegos, es una forma de expresarse, y mostrar a los demás la forma en la que ven el mundo, pero además, les da el "súper poder” de hablar con las máquinas. Considero que
Elemental está haciendo un trabajo excepcional al enseñar a los niños a usar este poder. Ellos serán futuros súperhéroes.

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