Los agujeros negros en la astronomía son masas de materia con una fuerza gravitacional tan enorme que no dejan escapar nada, ni la luz, y todo lo que se les acerca queda atrapado: fueron planteados y estudiados por Einstein y Hawking. Tomando esta figura, existen los Agujeros Negros electrónicos que consumen el tiempo, dinero, la atención en clase, los punteos en las calificaciones e inteligencia, destruyen familias, amistades, relaciones.
Son los aparatos de comunicaciones y entretenimiento que usados prudentemente son muy útiles; pero pueden cau-sar adicción; es esa poderosa fuerza que lo devora todo; son las modas de los nuevos productos electrónicos o e-gad-gets. Hay obsesión por tenerlos producen “Tecnoestrés” por estar pendiente de ellos las 24 horas, no se duerme, trabaja o estudia bien; se está atento a ellos en todas partes en la cama, las clases o reuniones. Nomofobia: pánico por quedarse sin celular, perderlo, sin saldo, sin carga
El dinero desaparece tratando de mantenerse al día con las últimas novedades que ya están programadas a volverse obsoletas al poco tiempo. Hay angustia por tener lo último, para ser los primeros en tenerlos.
Se olvidan de hacer ejercicio, alimentarse bien, llevar una vida saludable, del contacto con la naturaleza, meditar, ayudar al prójimo, acercarse a Dios. Es la fuerza irresistible que domina a todo lo que se le aproxima, imposible de separarse o apagar. Se puede ofender a cualquiera, menos dejar un mensajito sin contestar.
El mismo sistema estimula el estado niño del cliente, con muchos deseos, poco conocimiento y ausencia de límites. La inmadurez del consumidor es la mina de oro del capitalismo. Las empresas manipulan su deseo de destacar, compe-tir o lucirse, de estar a la moda; se riega entre los círculos sociales como pólvora; es un juguete fuera de control que ali-menta el ego.
Para los esquemas educativos, de de-sarrollo social, y la implementación de los valores se compite en desventaja con cuanta moda electrónica aparece; estos son más emocionantes que los aburridos consejos o las clases. En la familia apa-rece el tercer padre, el Padre electrónico que pasa más tiempo y ejerce mayor in-fluencia sobre los hijos que los padres reales.
En el mundo pueden estar pasando las cosas más maravillosas, pero la visión y atención se concentra en el punto focal de la pantalla de estos aparatos. No hay espacio humano que no esté contamina-do, en las misas, clases, reuniones fami-liares, conciertos, el lecho nupcial, inodo-ro o en la regadera bien protegidos por una bolsa plástica.
Si bien el ya difunto Steve Jobs, llevó la tecnología al acceso de todos, tam-bién deja un legado ambiguo del consu-mismo de la electrónica, de la basura electrónica, que aunque sea sofisticada no deja de ser basura; y hace crecer los vertederos con aparatos que rápidamen-te pasan de moda. Su afán agresivo de producir le hace perder la dimensión humana de la comunicación.
En unos casos facilita el intercambio de ideas y provocan revueltas políticas como en Túnez y Egipto, Kiev, se obtie-nen datos inmediatamente, se hacen amigos, unos buenos, otros dudosos; unos alumnos lo usan para reforzar los contenidos en clase, o para pasar las respuestas durante los exámenes.
Lo que resulta difícil es establecer cuando se cae en usos incorrectos, fo-mente el embrutecimiento o sea peligro-so. No son pocas las riñas entre novios, accidentes de tráfico o laborales que de-jan muertos, se deben a ellos. Se con-vierte en un factor de irritación social, un molesto acompañante que interrumpe a cada rato, fomenta la descortesía.
El pasado colapso del sistema BlackBerry en todo el mundo pone de nuevo el riesgo de una Babel Elec-trónica que dependen cada vez mas de estos aparatos; estudiantes, empresarios o instituciones se hacen vul-nerables al caos, si los sis-temas fallan.
Unos bajan sensiblemen-te su rendimiento acadé-mico; interrumpen, dis-traen, molestan, entran y salen de la clase para res-ponder; y dejan sus estu-dios como un queso suizo lleno de agujeros en sus calificaciones.
Se olvidan de hacer las cosas bien.
Por un lado desarrollan habilidades excepcionales en manejar los tecleados o pantallas, pero son torpes en las cues-tiones elementales de la vida como pen-sar, prestarle atención a la persona que tiene enfrente.
Al final de cuentas recuerde que el ór-gano más sensible e importante que te-nemos es el cerebro, no dejemos que sea desperdiciado; guarde la distancia de estos Agujeros Negros electrónicos, sepa desconectarse de ellos antes que quede atrapado, sin dinero, sin ganar las clases, pensamientos propios, tiempo, sano juicio o amigos...
“Papi ya tengo mi Ipad Smartphone, Bluetooth, Google glasses, Tablet, Lap-top, USB, Ipod, para estudiar, ¿y tú que usabas?…hijo mío: la cabeza” Boletín Digital.
Advertencia: el consumo de este pro-ducto puede causar adicción, estupidez o locura; dejarlo sin graduarse, dinero, tiem-po, trabajo o amigos.
ARGENPRESS CULTURAL
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