Hasta hace relativamente poco tiempo hablar de remasterizaciones era hablar principalmente de cine o de música. Antes de que esto fuera común en los videojuegos yo ya había visto más de una película remasterizada con evidentes mejoras en el sonido, el color y la iluminación. Fue mucho después cuando empecé a oír que en el mundo del videojuego esto también pasaba y, sinceramente, me parecía maravilloso.
De hecho, ese tiempo ya ha llegado y aquí estamos junio de 2017, en el que Call of Duty: Modern Warfare Remastered sale a la venta como si se tratara de la primera vez.
Hace diez años Activision volvía a dar un vuelco al género bélico con este título, uno de los más queridos por los fans de la franquicia y a partir del que, según numerosas opiniones, Call of Duty comenzó su pérdida de rumbo y, por consiguiente, su declive. Un declive que ha llegado a término y que el estudio pretende solucionar con la vuelta a los orígenes y el regreso a la Segunda Guerra Mundial en su próximo lanzamiento.
A cuatro meses de la esperada salida de Call of Duty WWII regresa al mercado un título que ya tuvo su momento de gloria una década atrás y también el año pasado, cuando Activision lo incluyó en Call of Duty: Infinite Warfare en un intento de compensar las malas ventas.
El estudio recibió muchas críticas al obligar a los jugadores a comprar Infinite Warfare si querían disfrutar de la versión remasterizada de Modern Warfare, y pidieron que también dieran la opción de comprarlo de manera independiente. Activision, por supuesto, no iba a ceder sabiendo que Modern Warfare tiraría de la nostalgia de muchos fans e incrementaría las ventas de su nuevo título, pero tampoco iba a perder una oportunidad más de ganar dinero, así que ha decidido que ahora es buen momento para hacer lo que se le reclamó el año pasado.
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