lunes, 5 de mayo de 2014

Gameboy marcó la historia de los juegos portátiles



Cuenta la leyenda que Gunpei Yokoi tuvo un rayo de inspiración mientras viajaba en tren viendo cómo un pasajero mataba el tiempo con su calculadora electrónica. Yokoi, que trabajaba en Nintendo, intuyó las posibilidades de la electrónica aplicada al entretenimiento de bolsillo.

El golpe de genio no vino por la idea, que ya era explorada por las mayores jugueteras del mundo, sino por la ejecución. Mientras Mattel y MB (hoy Hasbro) lanzaban rudimentarias máquinas electrónicas como Auto Race o Microvision, una entonces desconocida compañía japonesa (Nintendo) les dejaba en la cuneta en los años 80 con la línea Game & Watch, máquinas portátiles diseñadas para ofrecer juegos más elaborados y entretenidos que las de sus rivales.

Eran portables, duraderas y baratas, claves en el nacimiento de la consola portátil. Junto con Satoru Okada, su socio y actual gerente de Investigación e Ingeniería de Nintendo, afrontaron el reto de crear esa máquina bajo estos principios.

Frente al deseo de crear una lo más potente posible, los ingenieros iban recortándole potencia para adaptarla a los objetivos. Uno de los más notables sacrificios fue la pantalla, una muy pequeña superficie monocromática con fondo verde para resaltar el contraste. Yokoi fue inflexible frente a las mayores exigencias técnicas de Okada: la consola tenía que venderse por debajo de los 13.000 yen (unos 126 dólares al cambio actual) o no atraería al público.

El 21 de abril de 1989, GameBoy aparecía en el mercado japonés con éxito arrollador. Se agotaron las 400.000 unidades puestas a la venta. Meses después, el fenómeno se repetía en Estados Unidos; en todo el mundo vendió 118 millones.

Cierta lógica dictaba que consolas más potentes, con pantallas más grandes, retroiluminadas y en color —como Lynx de Atari y Game Gear de Sega— tendrían mayor atractivo que una mínima pantalla en verde. Pero una vez más, la mejor tecnología no siempre triunfa, sobre todo si es incómoda (o cara). La batalla acabó en meses. Atari Lynx aparecería en octubre del 89 a 100 dólares más cara que GameBoy, aparte de consumir seis pilas cada cuatro horas. Pero no todo fue cuestión de hardware. Yokoi implantó un mantra que un cuarto de siglo después se mantiene en Nintendo: la potencia es secundaria, lo importante son los juegos.

La consola, que acaba de cumplir 25 años, tuvo un meteórico ascenso y larga vida que hizo que solo se dejara de producir en 2003, por la producción constante de juegos. Yokoi no pudo ver a su máquina cumplir este cuarto de siglo; murió en un accidente en 1997, pero su influencia permanece en una época en la que el juego portátil es más importante que nunca al saltar de la miniconsola al teléfono móvil.

Es Tercera en ventas

Es una de las plataformas de mayor éxito en la historia del videojuego, la tercera en el ranking histórico, únicamente superada por la Nintendo DS y la PlayStation 2 de la firma Sony.


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