Las consolas domésticas estaban moribunda después de la crisis de los videojuegos de 1983. La baja calidad de los títulos había llevado a la industria a una espiral autodestructiva que a punto estuvo de haber convertido el entretenimiento de jugar en casa en una moda pasajera. La primera consola de Nintendo, NES, unida al éxito de «Super Mario Bros.», sirvieron de revitalizador. En septiembre se cumple el 30 aniversario del videojuego con el que cambió todo.
«Super Mario Bros.» fue un juego extremadamente popular. Vendió más de 40 millones de copias, un récord mantenido durante dos décadas (hasta Wii Sports, 2006), gracias a su habitual distribución conjunta con la NES. Fue innovador en muchos sentidos. Los juegos, hasta entonces, ocurrían en pantallas estáticas. El japonés Shigeru Miyamoto, inspirado en el interior de un tren viendo pasar el paisaje, decidió hacer recorrer mundos a su personaje corriendo y saltando en lo que posteriormente se imitó, y se imita, bajo el nombre genérico de plataformas de desplazamiento lateral. Miyamoto hizo, además, algo inusual hasta entonces: dotar a la obra de una narración y un desarrollo.
No fue el primer juego de Mario, pero sí el que popularizó al personaje, un icono cultural desde entonces; y, sobre todo, el que definió por completo su personalidad y su universo, inalterado todavía hasta hoy. Mario había aparecido por primera vez, bajo el nombre de Jumpman, en el también innovador «Donkey Kong» (1981) y, con su nombre propio, en «Mario Bros.» (1983), ya como fontanero con la excusa de recorrer tuberías que hacían de pasadizos.
Sin embargo, fue «Super Mario Bros.» el que construyó todo el Mundo Champiñón y sus diferentes escenarios, el que comenzó la búsqueda de la Princesa Peach, dispuso a los mismos enemigos que todavía esquiva, cuando apareció su archienemigo Bowser y sus esbirros, las plataformas, las setas para crecer, los castillos, las cajas enigmáticas, las rocas cuadradas que romper... Y las melodías, compuestas por Koji Kondo, que todavía son la base de su banda sonora.
Un juego que, como toda obra clásica, todavía puede ser jugado. Los gráficos de grueso píxel son parte del encanto retro; pero el diseño de niveles sigue siendo una referencia entre los profesionales.
«Super Mario Maker.»
Es en este último punto donde Nintendo ha querido poner el foco para conmemorar el 30 aniversario del juego. «Super Mario Maker.» (en Wii U a partir del 11 de septiembre) es un editor convertido en videojuego que permite construir un diseño propio de las pantallas del clásico, a partir de la conjugación de todos los elementos característicos del mundo. El jugador cuenta con total libertad para emplear las piezas sin importar el escenario. Los niveles son posteriormente compartidos para que los juegue y valore la comunidad, creando un corpus de pantallas disponibles para todos, una vez comprobado que el nivel no es imposible de superar.
El editor de niveles es sencillo, manejado desde el Game Pad, arrastrando los elementos sin límites. Además, permite la posibilidad de elegir para nuestra pantalla la estética de «Super Mario Bros.», «Super Mario Bros. 3» (NES), «Super Mario World» (SNES) o «New Super Mario Bros.» (Wii U), aportando elementos propios de cada entrega adaptados al entorno seleccionado. Un homenaje a los seguidores de la franquicia por el aniversario del videojuego que supuso un antes y un después en la historia.
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