Los más recientes modelos de gafas de realidad virtual, junto con unos buenos auriculares, ofrecen una experiencia inmersiva de una calidad sorprendente. Pero la ilusión se pierde si no se añade a la ecuación el sentido del tacto.
Dexta Robotics, una empresa estadounidense especializada en robótica instalada en China, quiere solucionar este problema con Dexmo, un exoesqueleto que se coloca sobre las manos y que permite incorporar el sentido del tacto en juegos y otros entornos virtuales. El usuario puede “sentir” la forma de cualquier objeto que esté sujetando en el mundo virtual.
Dexmo es como una especie de araña –o de cangrejo– de unos 170 gramos de peso y unas cuatro horas de autonomía que se coloca sobre la mano. Tiene unos dedos que se encargan de limitar el movimiento de los dedos del usuario. Así, puede notar la forma del objeto que esté sujetando en el mundo virtual.
Pero, además, es capaz de graduar la fuerza con la que actúa, oponiendo tanta más resistencia al movimiento cuanto más duro sea el objeto representado. Esta fuerza es variable, con lo que si el usuario está apretando un balón o una pelotita antiestrés notará cómo la resistencia del objeto cambia. Incorpora también los sensores de movimiento necesarios para saber en qué posición están los dedos de cada mano y en qué orientación y posición respecto al cuerpo están las manos.
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