jueves, 21 de noviembre de 2013

Así funciona el Xbox One: ¡Es fascinante! dicen los expertos

Ocho años después, la sucesora de la Xbox 360 (y la última apuesta de Microsoft para conquistar el salón) ya está aquí. Hemos probado a fondo la Xbox One, y la conclusión es doble: la espera ha merecido la pena pero, a la vez, es una consola aún por cocinar.

¿Qué es?

¡Es la Xbox One! La ambiciosa sucesora de la 360, una consola que arrasó y ganó la batalla de la anterior generación de consolas, al menos en cifras de ventas. Un equipo para jugar, pero también para trastear en el salón con el televisor.

¿Por qué es importante?

La Xbox One no solo es la heredera de un enorme imperio (léase negocio) de videojuegos, es también una ambiciosa apuesta para el futuro. Es una consola que funciona con Kinect, y está centrada también en los contenidos multimedia, no solo en los juegos. Hace muchas más cosas que cualquier otra consola hasta ahora, y las hace de forma admirable. Al menos, cuando funciona como debería.

Consola

Lo primero que notarás sobre la Xbox One es que es enorme. Cómicamente enorme. Es como si la Xbox 360 se hubiera comido una Xbox 360 slim. Y eso sin contar el transformador de corriente externo que es como un enorme ladrillo. Me hace sentir nostalgia de mi antigua SEGA Saturn. ¡Ah!, y es muuucho más grande que la PlayStation 4. Pero si el espacio extra significa decir adiós, por ejemplo, a los problemas de sobrecalentamiento de la Xbox 360, bienvenido sea.

Más allá de su tamaño, el diseño de la Xbox One es muy sutil, pasa casi desapercibido. No hay ángulos pronunciados, no hay curvas, nada que realmente llame la atención. A diferencia de la 360, que aspiraba a representar una especie de X, la Xbox One es una caja. Simple y llanamente. Desde el frente, es un rectángulo negro, mate en un lado y brillante en el otro. La pondrás junto al televisor, o debajo, y se desvanecerá casi como si no existiera.

El otro componente de la consola que vivirá al lado de tu tele es la cámara Kinect, que también es muy grande (mide casi 30 centímetros de largo). Lo bueno es que esta nueva versión no tiene partes móviles, no se podrá girar ni te saludará con un movimiento de cámara cuando la enciendas. Solo tiene un pie ajustable, por lo que no tendrás que andar levantándote para moverla, simplemente funciona.

Mando

El diseño y aspecto de la consola - con la que apenas interactuarás - no es nada comparado con el mando. Porque vaya mando. Aunque es más o menos del mismo tamaño que el mando de la Xbox 360, el de la One se siente mucho más compacto, un poco más pesado y más solido.

El cambio más significativo es el nuevo pad direccional (D-pad), que es como tiene que ser, un pad direccional de verdad, y no un pad en forma de disco como en la 360. Destacan también los dos nuevos botones de "Start" y "Select": uno a la derecha con tres líneas horizontables, y el de la izquierda con un icono de menú. Curiosamente estos nuevos botones no tienen nombres concretos, aunque están en la misma posición que los anteriores "Start" y "Select", algo que se agradece.

Los joysticks de este nuevo mando son algo más pequeños y fáciles de manejar que los anteriores de la 360. Pero lo mejor sin duda es su textura en los bordes, que los hace muy cómodos de utilizar, no resbalan ni cansan.

Luego están los gatillos, que vibran. Son también más suaves de apretar y comprobarás que son más silenciosos que los anteriores. La sensación es diferente, pero sigue siendo óptima. Justo encima están los botones LB y RB, que son un poco más largos, pero igualmente cómodos.

En general, no estamos ante un cambio tan claro como el de Sony al pasar del DualShock 3 al 4. La diferencia es que el DualShock 3 dejaba mucho que desear, mientras que el mando de la 360 ya era uno de los mejores mandos que se habían fabricado. No estoy seguro si el mando de la Xbox One es mejor que su antecesor, pero se acerca. Es difícil de decir a ciencia cierta, el mando de la Xbox 360 ha dejado el listón muy alto.

Como hizo la PS4, la Xbox One va a dejarte boquiabierto la primera vez que la enciendas. Todos los juegos que probamos (Forza 5, Dead Rising 3, Crimson Dragon... y algunos otros títulos de los que todavía no podemos hablar) se ven espectaculares. Sin excepción. Puedes obtener los mismos gráficos en un PC, claro. Pero para el mundo de las consolas este nivel de texturas y nitidez es impresionante. También hay que decir que, después de ocho años, era lo mínimo que uno podía esperar.

Algunos juegos, sin embargo, se han lanzado mucho más que otros a abrazar las posibilidades de la consola. Es desafortunado que Dead Rising 3, uno de los títulos claves en el lanzamiento de la Xbox One, funcione a 720p (escalado a 1080), pero fijo en 30fps. No está mal, pero no es el wowww que esperabas de una consola que cuesta 500 euros/dólares. Dicho esto, hay momentos de sobra en Dead Rising 3 que son impresionantes, como ver cantidades masivas de zombies a la vez en la pantalla. También es verdad que a veces el juego se ralentizaba un poco con tanta acción pero lo mismo ocurrió con Killzone: Shadow Fall en la PS4 (aunque en 1080p nativo).

A diferencia del mando de la PS4, con su función de compartir, su panel táctil y demás trucos, el de la Xbox One no tiene tanta parafernalia de la que presumir. Sentarte a jugar con la Xbox One es casi igual a hacerlo con la Xbox 360, al menos en lo que se refiere a las manos. Y eso es bueno. La experiencia de juego en la 360 era perfecta y los sutiles cambios que Microsoft ha añadido al mando se disipan y se olvidan. Bien.

Acciones básicas como mantener los joysticks hacia delante mejoran gracias a la nueva textura de los bordes, pero es algo de lo que ni te darás cuenta. La vibración de los gatillos sí sorprende más, pero tampoco vibran con mucha frecuencia (principalmente cuando estás conduciendo, en casi cualquier juego en el que puedas utilizar un coche). Está bien, pero siempre da la sensación de ser un añadido innecesario.

En definitiva, jugar con la Xbox One es igual o más entretenido e intuitivo que hacerlo con la 360, pero es solo el comienzo. Y eso es lo difícil de analizar una consola en el lanzamiento. Al igual que ocurre con la PS4, la Xbox One, como iremos viendo, aún no está 100% cocinada. El potencial está ahí, en ambas plataformas, pero que la balanza se decante de una u otra va a depender de los grandes juegos que vengan después y de cómo los desarrolladores aprovechen el sistema de verdad. De momento, todo eso está por llegar.

Social

Si estás jugando con la Xbox, tendrás amigos que también hagan lo mismo. La Xbox One cuenta con algunos ganchos sociales para que conectar con ellos sea algo más sencillo. Para empezar, el límite de amigos es ahora mucho mayor: 1.000. Puedes incluso seguir a gente sin que ellos te sigan, y al revés, que alguien te siga sin que tú les sigas e ellos (y que no cuente en tu límite de amigos, claro).

¿Y qué haces con todos esos amigos y conocidos? El nuevo menú de actividad te ofrece un montón de información sobre lo que han estado haciendo, si están viendo televisión, utilizando apps, jugando, ganado trofeos... Ninguna de esas funciones sociales son nuevas, pero es una ventaja verlas integradas en la Xbox One.

También puedes compartir vídeos de juego a través de la app Project Upload. En cualquier momento del juego, puedes decir "Xbox, graba eso", y los 30 segundos antes de esa orden se guardarán, o puedes decir "Xbox graba" antes de tiempo y el sistema grabará hasta 5 minutos de imágenes.

Una vez grabadas, puedes añadir voz, o comentarios escena a escena, incluso filtros, antes de enviarlo al feed de actividad para que lo vean tus amigos. Y por si eso no fuera suficiente, puedes guardar el contenido en SkyDrive y compartirlo con el resto del mundo mundial en Internet.

Hay, sin embargo, una ausencia notable. Xbox tiene un acuerdo con Twitch, pero no se podrá utilizar hasta el próximo enero. Mientras, la PS4 tiene Twitch y Ustream ya funcionando desde inicio. Mejor un retraso que una app que no funcione, pero es una pequeña ventaja para la PS4 en el frente social.

¿Merece la pena comprarla?

La respuesta a esa pregunta es: 'Todavía no'. En líneas generales, es un error comprar una consola recien salida al mercado. Los usuarios de PS4 y su luz azul de la muerte pueden dar buena constancia de ello. Las tres luces rojas de la muerte de la 360 aún están en la mente de muchos usuarios, y ningún dispositivo está a salvo de sufrir errores en su debut. Por otra parte, el catálogo de juegos en el lanzamiento es bueno, pero no espectacular. Los juegos que harán que muchos se compren la consola (Watchdogs, TitanFall, Halo 5…) Aún están por llegar así que ¿por qué no esperar un poco?

Al software de la Xbox One también le quedan un par de hervores. No es raro encontrar errores y pequeños fallos que serán subsanados con el tiempo. Por ahora, la Xbox One es una máquina de salón realmente impresionante, y la calidad de Kinect, que está incluido en el paquete, compensa totalmente su precio. Sin embargo, nuestra recomendación es esperar un poco.

Si Microsoft consigue pulir esos pequeños fallos de funcionamiento, la Xbox One es una máquina imparable que la PS4 no logra alcanzar por sus posibilidades de futuro. Espera un poco sí, pero, mientras tanto, ve haciendo un hueco en el salón.



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