S onia contó que desde que el uso de videojuegos en Miguel, su hijo de 11 años, ha hecho que su rendimiento escolar baje. A pesar de que ha escondido los equipos siempre termina encontrándolos y sobre todo jugando. Asegura que ha hecho de todo para que Miguel evite jugar, pero nada funciona.
Falta de control. Generalmente esto suele suceder, ya que, no existe un control del hijo por parte de los padres, por lo que este puede recurrir cuantas veces quiera lo que tendrá como consecuencia el uso prolongado de los videojuegos, indicó el psicólogo Christian Avilés.
Identificar el acceso. Se debe identificar el problema, indicó Avilés, es decir, hay que conocer el tipo de acceso que tiene el preadolescente hacia los videojuegos, ya que existen equipos que se encuentran tanto dentro de la casa, como las consolas y fuera como los cafés cibernéticos, en los cuales muchos jóvenes acuden a jugar juegos vía internet.
Designación de funciones. Una de las formas de resolver este problema es designando tareas en la casa, siempre y cuando vayan en función de la edad. “Es necesario que el chico aprenda a tener un tiempo para juegos y otro para sus responsabilidades”, dijo el psicólogo Jhonny Ledezma.
Establezca un horario. Ledezma también aconsejó, que no se debe prohibir el uso, sino más bien se debe saber manejar ya que el preadolescente también necesita su tiempo. Asimismo, hay que establecer un horario, el cual debe cumplirse y respetarse.
Un problema que se modifica. Por último, Ledezma, aseguró que este problema tiene solución, ya que las conductas se pueden modificar. “Uno no nace con esa tendencia hacia los videojuegos, sino que la adquiere y por lo tanto se puede modificar”, dijo.
Preadolescentes. Esta conducta puede modificarse siempre y cuando exista un control
Y asignación de responsabilidades.
Videojuegos
Controle el tiempo que dedica a su hijo a jugar.
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